Angel Garraza. Octubre >2009


Ángel Garraza es uno de los ceramistas españoles con más prestigio, con una obra escultórica y muralística, sin grandes alardes técnicos aparentes, y con una extructura formal y conceptual muy cuidada.
En su página web aparece un texto muy interesante de Galder Reguera del que saco algunas lineas.

SOMOS LO QUE SOMOS

La escultura es, sin duda, el género creativo con una mayor relación con la historia del ser humano, más bien, con la historia de la relación del animal-humano con su entorno natural. De hecho, toda la historia de la escultura puede ser vista, en cierto sentido, como una afirmación del hombre como parte del todo-natural. Frente al sesgo virtual de otros modos de crear como la literatura o la música –inmaterialidad pura-, la pintura –hace mucho tiempo ya emancipada de la búsqueda manual del pigmento- o los recientes campos de la fotografía, el cine y video o las nuevas tecnologías, la escultura mantiene, y mantendrá siempre, en su misma base una metáfora sobre la relación del hombre con la naturaleza a través de la tierra, las maderas y los metales, elementos naturales con los que el escultor juega, crea y se recrea. Esta relación es a su vez una reflexión sobre el tiempo. El tiempo del hombre –mudable, cambiante, lineal y, final en inevitablemente, mortal- se enfrenta en la escultura al tiempo de la naturaleza –cíclico, constante, eterno-. Del anhelo del ser humano de hacer suyo el tiempo natural, de sus ansias de inmortalidad y trascendencia, surgió el sentimiento religioso –distinto, empero, de las religiones- y, con él, con la urgente necesidad de trascendencia, de ser algo más, la escultura. El hombre ansiaba ser como la naturaleza porque soñaba -y sueña aún-, en el invierno de su vida, con el regreso de la primavera

Galder Reguera

www.angelgarraza.com